La obesidad es el estado de tener un sobrepeso increíble y es el problema nutricional número uno. Sin embargo, no solo afecta a los adultos, hay más y más bebés y niños obesos cada año.
Los bebés que tienen padres obesos tienen un 80 por ciento de probabilidades de ser obesos.
Causas de la obesidad
La obesidad ocurre cuando una persona ingiere más calorías de las que el cuerpo usa.
Hay muchas causas, incluyendo la dieta y el estilo de vida de los bebés. En algunos casos raros, los trastornos hormonales pueden conducir a la obesidad y a un pozo.
La sobrealimentación es generalmente la causa más común. Proporcionar bebidas con alto contenido calórico a los niños, darles comida para resolver problemas y hacer que se comporten, alimentarlos para aliviar el estrés o recompensarlos, no demostrando suficientes oportunidades para que el bebé haga ejercicio, todo esto puede hacer que el bebé se vuelva obeso.
Un historial familiar de obesidad, patrones de alimentación anormales y el uso de corticosteroides son otras causas de obesidad en los niños.
Diagnóstico
La obesidad es bastante fácil de diagnosticar, y el médico simplemente debe verificar la altura y el peso del bebé y luego trazarlos en una tabla de crecimiento que muestre cómo se compara el niño con otros niños en el mismo rango de edad.
La mayoría de los bebés y niños pequeños son gorditos, pero a un bebé se le considera obeso cuando el aumento de peso es proporcionalmente mucho mayor que el aumento en la altura del bebé.
Si el índice de masa corporal es 30 o más alto, el bebé definitivamente es obeso y el médico recomendará un plan de tratamiento en tal caso.
Tratamiento para la obesidad en bebés
El tratamiento para la obesidad en los bebés es reducir la tasa de aumento de peso. Sin embargo, es importante no reducir la ingesta de alimentos del niño para que pierdan peso sin hablar primero con un médico.
El método de tratamiento más importante es prevenir un mayor aumento de peso a través de hábitos alimenticios saludables.
Los recién nacidos necesitan amamantar cuando tienen hambre, lo que suele ser entre 8 y 12 veces al día. Sin embargo, si el niño se alimenta con biberón, no debe tener acceso al biberón las 24 horas.
También es importante no apresurar el tiempo de alimentación del bebé, y toma de 15 a 20 minutos para que el bebé se sienta cómodamente lleno.
Los niños tampoco deben comer dulces hasta que tengan 12 meses de edad.
También es importante no utilizar los alimentos como recompensa para los niños o como un método para controlar su comportamiento. En situaciones como esta, los niños usan la comida para aliviar el estrés, que es un hábito poco saludable que podría llevar a la obesidad en los niños, que será difícil de curar incluso cuando crezcan.