Una de las primeras cosas que la mayoría de los pacientes piden cuando se les diagnostica la enfermedad degenerativa del disco, es si van a necesitar cirugía.
A menudo, la respuesta es negativa. Los casos que requieren cirugía son poco comunes y específicos. Si el tratamiento alternativo no muestra resultados después de 6 meses, puede ser hora de considerar la cirugía. Esto es especialmente cierto si el dolor continúa obstruyendo sus actividades diarias. Los pacientes que sufren de más de dos discos degenerativos por lo general no son elegibles para una cirugía, debido a la fusión de las vértebras, el procedimiento puede dejarlos absolutamente inmóviles.
Las personas más jóvenes son más propensas a recibir la cirugía. La recuperación es más rápida y menos propensa a complicaciones. Sin embargo, este no es un requisito preciso. Al final, todo depende de la opinión del médico individual.
Hay circunstancias extremas que requieren una intervención inmediata. La pérdida de control de esfínteres es uno. Otro sería el síndrome de cauda equina. Cauda Equina, así llamada, la cola de caballo, es un grupo de nervios situados en el extremo de la médula espinal. Cuando se comprime, se considera que es una emergencia quirúrgica.
Hasta hace poco, un procedimiento que se utiliza para el tratamiento de esta condición tiene dos componentes principales. Primero fue la eliminación de discos degenerados y el otro era la fusión de vértebras. Si una cirugía consiste en extraer el tejido que ejerce presión sobre un nervio, se le llama una cirugía de descompresión. La descompresión y fusión se realizan comúnmente como parte del mismo procedimiento.
Las opciones de descompresión tradicionales incluyen facetectomía, foraminotomia, laminectomía y la laminectomía.
Estas técnicas se realizan con un abordaje posterior. Hay veces, sin embargo, cuando esto no es posible y el cirujano se ve obligado a recurrir a un enfoque frontal. Una hernia de disco podrían ser algunas de las razones de esta anomalía procesal.
Las técnicas de descompresión anterior son discectomía y corporectomías.
Después de la extracción del disco, la columna vertebral del paciente probablemente será inestable. Esto incrementaría en gran medida el riesgo de lesión neurológica. Para evitar este resultado, el cirujano tiene que estabilizar la columna vertebral. La fusión es el método más común de hacer esto.
La fusión implica la creación de un entorno donde las vértebras se fusionen. Los injertos óseos se utilizan para lograr este resultado. Hay alternativas artificiales a los injertos de hueso, tales como barras de metal, cables y las placas, que se podría utilizar para aumentar la estabilidad.
Aún así, los tiempos modernos traen acerca de los métodos más nuevos y esta enfermedad es un buen ejemplo de esta tendencia. Una nueva opción quirúrgica recientemente ha salido a la superficie, implica la aplicación de discos artificiales. La idea es que el disco va a mantener la columna vertebral más flexible y va a permitir al paciente moverse más libremente y con menos dolor después de su recuperación. Ahora, eso es una buena noticia.