La hipertensión pulmonar es una afección médica grave que se caracteriza por una presión extremadamente elevada en la arteria y la vena pulmonar.
En consecuencia, esto genera problemas respiratorios, como dificultad para respirar, aturdimiento y desmayo.
Ciertos casos de hipertensión pulmonar se pueden tratar con cirugía. A saber, los procedimientos quirúrgicos pueden ser eficaces en la eliminación de las causas subyacentes de la hipertensión pulmonar.
Extirpación quirúrgica de los coágulos de sangre
En algunos casos de hipertensión pulmonar secundaria, el abordaje quirúrgico puede ser bastante beneficioso. Si la presión elevada en la arteria o vena pulmonar es causada por coágulos, un cirujano puede abrir al paciente y eliminar todos los coágulos de sangre. De esta forma, la hipertensión pulmonar será controlada. Este procedimiento se conoce como tromboendarterectomía y conlleva muchos riesgos. Se puede realizar solo en pacientes cuyos síntomas no pueden aliviarse con terapia medicamentosa. Antes del procedimiento, el cirujano siempre realiza la cateterización del corazón derecho para ver si el paciente es adecuado para el procedimiento. El mismo procedimiento incluye la operación en el corazón abierto. Esto significa que durante la cirugía, el paciente será asistido por una bomba de pulso de corazón y pulmón. El tiempo de recuperación es bastante largo y lleva más de unos pocos días en la unidad de cuidados intensivos.
En caso de que la hipertensión pulmonar sea causada por cirrosis hepática, un paciente puede beneficiarse del trasplante de hígado.
Trasplantes de corazón y pulmón
En la etapa terminal de la hipertensión pulmonar, el tejido pulmonar se destruye excesivamente y la función respiratoria se daña severamente. La vida de un paciente está en peligro, ya que todos los medicamentos y el oxígeno adicional no pueden suministrar la sangre y los órganos vitales con la cantidad adecuada de oxígeno y otras sustancias importantes. En este caso, la única opción es el trasplante de pulmones.
En algunos centros médicos, ambos pulmones se trasplantan, ya que se cree que esto reduce la incidencia de complicaciones postrasplante. Incluso hay una opción de trasplante simultáneo de corazón y pulmones. Sin embargo, este procedimiento quirúrgico es extremadamente riesgoso y no se realiza en muchos casos. En general, en pacientes que tienen más de 65 años solo se trasplanta un pulmón y en los que tienen menos de 60 años se trasplantan ambos pulmones.
Antes del mismo trasplante, el cirujano elegirá al candidato apropiado. Un candidato para trasplante se selecciona cuidadosamente y se espera que satisfaga la tasa de supervivencia adecuada después del procedimiento. La tasa de supervivencia ha aumentado a lo largo de los años. Sin embargo, existen posibles complicaciones de este procedimiento quirúrgico que incluyen el rechazo del órgano trasplantado y las complicaciones causadas por medicamentos que se administran para evitar el rechazo del trasplante. Estos medicamentos deben tomarse durante toda la vida.