Los científicos han identificado un gen clave en los vasos sanguíneos que podría proporcionar una nueva forma de evaluar y potencialmente tratar la enfermedad hepática.
Los hallazgos provienen de un estudio, publicado en la revista Nature Communications, que destaca cómo un solo gen, llamado ERG, desempeña un papel clave para mantener saludable el hígado.
Según el grupo, dirigido por investigadores del Imperial College de Londres y la Universidad de Birmingham, el trabajo en ratones y células humanas destaca cómo este ‘gen maestro’ es fundamental para mantener la salud de los vasos sanguíneos y las células especializadas que se alinean en su interior, llamado el endotelio.
Los hallazgos identifican un mecanismo subyacente de cómo progresa la enfermedad, lo que podría tener implicaciones para los pacientes con hígados dañados y potencialmente para aquellos con enfermedad cardíaca, y podría abrir nuevas vías para un tratamiento específico.
La enfermedad hepática es la quinta causa de muerte, con un aumento del 20% en los casos en la última década. Mata a más de 16,000 personas al año, con más de una cuarta parte relacionadas con el alcohol. Sin embargo, muchos pacientes no presentan síntomas hasta que tienen insuficiencia hepática irreparable, lo que deja al trasplante como la única opción posible.
Esto pone de relieve la necesidad de encontrar más biomarcadores (moléculas u otros marcadores que puedan detectarse mediante pruebas clínicas) para detectar enfermedades tempranas y ha llevado a los investigadores a concentrarse en los pequeños vasos sanguíneos que suministran sangre y nutrientes al órgano.
El endotelio, una capa de células especializadas que desempeña un papel importante en la respuesta inflamatoria contra las infecciones, es una capa de células especializadas que permite que los glóbulos blancos entren y salgan del torrente sanguíneo, así como la señalización para dirigir los coágulos donde se forman después de la lesión.
Los científicos han demostrado previamente que el gen ERG ayuda a las células precursoras indiferenciadas a madurar en el endotelio, además de desempeñar un papel continuo para mantener saludables las células endoteliales.
En el último estudio, los investigadores encontraron que la pérdida de función de este gen maestro ERG en las células endoteliales causó daño y fibrosis en los hígados de ratones.
Cuando los ratones fueron genéticamente modificados para inhibir la expresión de ERG, las células endoteliales perdieron sus propiedades únicas y se volvieron disfuncionales, volviendo a un estado anterior indiferenciado, un proceso conocido como EndoMT (transición endotelial mesenquimatosa). EndoMT está asociado con la inflamación tisular y la acumulación de tejido fibrótico, una característica de la enfermedad hepática.
Se observó un proceso similar en animales dado un compuesto químico para inhibir la función de sus hígados. En estos animales, los investigadores encontraron una disminución en los niveles de la proteína ERG (codificada por el gen) en el tejido hepático y una pérdida de la función ERG en las células endoteliales se relacionó con la lesión hepática. Sin embargo, encontraron que dar a los animales un medicamento antiinflamatorio recetado para la artritis reumatoide crónica fue capaz de evitar la caída en el ERG, y protegió el hígado de los animales del daño.
Signos en el tejido humano
Los hallazgos en ratones fueron respaldados por observaciones en tejido humano, utilizando biopsias de pacientes con enfermedad hepática, incluida la cirrosis relacionada con el alcohol. El análisis reveló la misma pérdida de ERG en las células endoteliales como se ve en los modelos de ratones, lo que confirma el efecto protector del gen ERG en las células endoteliales.
La profesora Anna Randi, jefa de ciencias vasculares del Imperial Heart and Lung Institute de Imperial, y líder de la investigación, dijo: «Hemos descubierto que el maestro regulador de las células endoteliales, ERG, no solo es esencial para mantener la salud de los vasos sanguíneos, sino también del tejido alrededor del vaso sanguíneo, en este caso del hígado; su pérdida predispone el tejido para volverse fibrótico y disfuncional».
Añadió: «El estudio muestra cómo la inflamación aguda y crónica puede afectar dramáticamente la actividad de este gen maestro que es esencial para la función de las células endoteliales, con profundas consecuencias no solo para la vasculatura sino también para la función del tejido circundante, lo que conduce al daño hepático. Este es un hallazgo emocionante, ya que abre una nueva forma de prevenir o tratar la enfermedad del hígado apuntando al endotelio».
Según el grupo, esta investigación muestra que el ERG potencialmente podría usarse como un biomarcador para monitorear la salud de los vasos sanguíneos y el tejido. Al medir los niveles de la proteína ERG, podría actuar como una señal de advertencia temprana de que la salud del tejido está disminuyendo, con una caída en el ERG vinculada con el ciclo de retroalimentación y una diapositiva hacia el tejido de la cicatriz. Asimismo, también podría usarse para confirmar si un tratamiento está funcionando, con los niveles de ERG restaurados.
Además, la investigación puede extenderse más allá de la enfermedad hepática. La fibrosis crónica ocurre en muchas otras enfermedades como la aterosclerosis, la enfermedad cardíaca y pulmonar, y los investigadores creen que su estudio identifica un mecanismo fundamental que podría tener implicaciones para los pacientes que sufren otras enfermedades.
El profesor Randi agregó: «Estamos trabajando para comprender la vía ERG y cómo se puede dirigir en el hígado, pero también queremos saber si el mismo mecanismo se produce en otros tejidos, como el corazón. La fibrosis es una consecuencia grave de muchas enfermedades, incluido el infarto de miocardio (ataques al corazón) y puede conducir a la condición severamente debilitante de la insuficiencia cardíaca.
«Tenemos la intención de estudiar si los pacientes con enfermedades cardíacas y fibrosis también tienen una pérdida de ERG en sus vasos sanguíneos, y cómo podemos posiblemente explotar esta vía para el tratamiento de estos pacientes».